Tañido ‘cotidiano’ el de las campanas de Catedral.

México D.F. 20 de noviembre de 2007 (SIAME).- El sonido de las campanas que llaman a la Misa Mayor desde las torres de la Catedral Metropolitana es normal y se ha realizado desde hace siglos cada domingo cerca del mediodía, aseguró el Diacono Permanente, Rafael Parra Castañeda, campanero mayor de la Catedral y responsable de realizar este llamado desde el recinto. “Las campanas tocan según el tiempo litúrgico que vivimos, en este caso, el domingo pasado se repicó como Domingo Ordinario, tal y como corresponde al calendario litúrgico”, señaló Parra Castañeda. Según el campanero y el manual de procedimientos de la Catedral Metropolitana, el domingo pasado se hicieron tocar las campanas desde las 11:28 de la mañana en el primer llamado: “Consiste en el toque de una campana y 25 repiques, esto dura un minuto”. Los repiques se realizan, ordinariamente con las esquilas o campanas ‘giratorias’. Para las 11:43, la hace la segunda llamada con dos toques de campana con 25 repiques cada uno y dura un minuto y medio aproximadamente. Es el último llamado el que es más prolongado: A las 11: 50, se toca la Campana Mayor, la Santa María de Guadalupe, de 12.8 toneladas con un sonido de Fa Mayor; posteriormente se reza el Ángelus con los repiques del Ave María que dura 6 ó 7 minutos, justo antes de dejar que suenen las campanillas del reloj de Catedral (recientemente restauradas) anunciando el mediodía. Una vez terminada, las campanadas vuelven a sonar con la Plegaria o Rogativa, donde en la torre oriente se tocan 13 campanas de diferente nota musical para emular la plegaria: “Ruego al Señor por ti, y te rogamos Señor”. Esta plegaria se repite 3 veces y el repique finaliza con el tañido de las campanas de mayor tamaño; esto se realiza una vez que ya ha iniciado la procesión hacia el Altar para la Celebración Eucarística dominical. Rafael Parra asegura que no han sido pocas las ocasiones en que justo al mediodía, los políticos y candidatos que presiden concentraciones en el Zócalo capitalino suelen decir: “escuchen cómo las campanas de la Catedral nos reciben, ahora pasó justo lo contrario”. Sin embargo, las campanadas previas a la Misa en todo el mundo desde hace siglos sólo se tañen para gloria de Dios.