SOLEMNE REAPERTURA AL CULTO DE LA CATEDRAL METROPOLITANA DE MÉXICO, EN LAS VÍSPERAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

Palabras del Muy Ilustre Señor Canónigo Rubén Ávila Enriquez al inicio de la Ceremonia de Reapertura de la Catedral Metropolitana de México Sabado 24 de Noviembre de 2007 Hoy nos reunimos en las Vísperas de esta Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, comúnmente llamada de “Cristo Rey”, para reabrir solemnemente al culto esta Santa Iglesia Catedral Metropolitana de México, cuyas puertas fueron cerradas desde el domingo pasado. Esta Fiesta de Cristo Rey celebra que Cristo reina a la derecha del Padre. Esta fiesta nos recuerda que el cristiano vive en el mundo con pleno derecho, por ser hombre. Si acepta que en su corazón habite Cristo, que reine Cristo, en todo su quehacer humano se encontrará -bien fuerte- la eficacia salvadora del Señor. No importa que esa ocupación sea, como suele decirse, alta o baja; porque una cumbre humana puede ser, a los ojos de Dios, una bajeza; y lo que llamamos bajo o modesto puede ser una cima cristiana, de santidad y de servicio. Esta celebración debe ser para nosotros la apertura hacia la reconciliación como hermanos, pero más aún con Dios, ya que la Catedral es Madre de todas las Parroquias de esta Arquidiócesis