En la ciudad de México, gracias a los impuestos de todos los capitalinos y aún a los impuestos de todos los Mexicanos por su grado de endeudamiento, se ha financiado el asesinato cruel y despiadado de más de cinco mil ochocientos cuarenta y cinco seres humanos, la mitad de ellos probablemente mujeres, y para dejar en claro las irregularidades que este tipo de prácticas generan por su naturaleza perversa, tenemos ahora la primer niña de quince años, muerta por la aplicación de un procedimiento aprobado por el PRI, PRD y sus satélites que votaron por la despenalización del aborto y que tienen más cuidado en pedir auxilio a la ONU y Humans Rights International como respaldo a sus salvajadas que en revisar el procedimiento aplicado en los hospitales del D.F. que como ha evidenciado este caso, buscan un asesinato rápido del inocente y nada mas. Es por ello que el "aborto seguro" no implica como vemos, estudios de la Madre en cuanto a verificar las semanas de gestación (punto fundamental de la despenalización), ni la salud de la Madre (parece que la quinceañera iba en estado grave de anemia). Tampoco se realiza investigación por violación o incesto, no hay preguntas, pues es todo menos justicia lo que ocurre en nuestra ciudad de México, "ciudad de la esperanza". Y la muerte de esta quinceañera, junto con el despedazamiento horroroso de su bebé, realizado con la anuencia seguramente de los abuelos, no preocupa a los Diputados culpables, lo que preocupa es que este hecho afecte la sensibilidad de sus electores y tengan que invertir mas en difundir sus mentiras en medios de comunicación. Todos somos responsables por estos crímenes, cada pueblo tiene el gobierno que merece, recordemos que las democracias representativas son alimento de este tipo de demagogos que destruyen familias completas y han desgraciado la vida de por lo menos 20 mil personas. Sólo ejerciendo una verdadera democracia participativa, donde cuestionemos y enfrentemos este tipo de crímenes de lesa humanidad podremos detener esta barbarie. En italia es ahora el más radical de los comunistas y ateo el defensor de los concebidos. En Estados Unidos lo es el doctor muerte, Nathanson, ahora junto con la mujer que con sus mentiras permitió la jurisprudencia que ahora debe revertir con tantos trabajos la sociedad. No esperemos tanto en nuestro país, a que Robles se convierta o Ebrard entre en razón, pues el deterioro social que con esta matanza se realiza ha sido y seguirá siendo impresionante. Debemos seguir trabajando y buscando la forma de revertir lo antes posible esta situación en la ciudad de México y en aquellos estados donde la despenalización sólo espera una administración tan radical como la del D.F. para generar nuevos holocaustos.