Palabras de S.S. Benedicto XVI a la Junta de Directores de Caballeros de Colón en el Vaticano

Palabras de su Santidad Benedicto XVI a la junta de directores de Caballeros de Colón Sala Clementina Queridos amigos, Con placer les doy a bienvenida a ustedes, miembros de la Junta de Directores de Caballeros de Colón junto con sus familias, con ocasión de su peregrinación a Roma en este Año Paulino. Ruego para que su visita a las tumbas de San Pedro y San Pablo les confirme en la fe de los Apóstoles y llene sus corazones de gratitud por el regalo de nuestra redención en Cristo. El Diputado Caballero Supremo Dennis Savoie, el Capellán Supremo Obispo William E. Lori y el anterior Secretario Supremo Robert Lane encabezan los aplausos al Papa Bendicto. Al inicio de su Carta a los Romanos, San Pablo recuerda sus oyentes que están “llamados a la santidad” (Rom 1,7). Durante mi visita pastoral reciente a los Estados Unidos, quise ante todo alentar a los fieles laicos a comprometerse nuevamente a crecer en la santidad y en su participación en la misión de la Iglesia. Esta fue la visión que inspiró la fundación de Caballeros de Colón como asociación fraternal de católicos laicos, y sigue encontrando una expresión privilegiada en las obras caritativas de su Orden y en su solidaridad concreta con el Sucesor d San Pedro en su ministerio a la Iglesia universal. Esta solidaridad se manifiesta en forma especial con el Fondo Vicarius Cristi, que los Caballeros han puesto a disposición de la Santa Sede para cubrir las necesidades del Pueblo de Dios en el mundo entero. Se muestra también por medio de las plegarias y los sacrificios que realizan cada día tantos Caballeros en sus Consejos locales, sus parroquias y comunidades. Les estoy muy agradecido. Queridos amigos, pido a Dios que siguiendo el espíritu de su fundador, el Venerable Michael McGivney, los Caballeros de Colón puedan encontrar formas siempre nuevas de servir como levadura del Evangelio en el mundo y una fuerza para la renovación de la Iglesia en santidad y celo apostólico. En este aspecto, les expreso mi reconocimiento por sus esfuerzos por proporcionar a los jóvenes una sólida formación en la fe, y por defender las verdades morales que son necesarias para una sociedad libre y humanitaria, incluyendo el derecho fundamental a la vida de todo ser humano. Con estos sentimientos, queridos amigos, les aseguro que les recuerdo de manera especial en mis oraciones. A todos los Caballeros y sus familias, imparto cordialmente mi Bendición Apostólica, como promesa de alegría y paz en Nuestro Señor Jesucristo. © Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana