Conferencia 4 EFM: Dra. Helen Alvaré
Submitted by alfredo_enrique on Wed, 2009-01-14 22:02
Felipe de J. Monroy González Sistema Informativo Arquidiócesis de México
No sólo no debe sentir pena la Iglesia al hablar sobre sexualidad, sino que por el contrario, ésta debe aprovechar su profundo conocimiento sobre la corporeidad humana para hablar y manifestar su posición sobre el tema, consideró Helen Alvaré, asesora de la Secretaría del Consejo Episcopal de los Estados Unidos, durante su participación en el VI Encuentro Mundial de las Familias.
Y es que el ejercicio y la experiencia de la propia sexualidad no está limitada al terreno de lo físico, sino que encuentra su razón y propósito divino a través de la vida espiritual y de la fe: "El Cristianismo tiene esta riqueza de expresar sus misterios a través de la corporeidad, como es el caso de la Encarnación y la Resurrección, por ello la Iglesia no se avergüenza del cuerpo humano y por el contrario, los fieles tienen la oportunidad de pertenecer al Cuerpo Místico de Cristo a través de su propia persona".
“El cuerpo humano no está carente de significado, aún cuando hablemos del niño no nacido o del hombre y mujer y su relación de intimidad. Toda la información ética, testimonial y científica nos indica que tenemos que respetar el cuerpo no como un mero determinismo biológico. Simplemente no podemos contradecir tan violentamente al cuerpo humano”, señaló.
“Una de las cosas más interesantes de la Iglesia católica es su entendimiento tan profundo de lo físico, no nos da miedo ni pena hablar sobre la sexualidad humana, es por el contario una bendición. Cuando el Santo Padre habla del matrimonio como el lugar donde encontramos a Jesucristo en los cónyuges, podemos llegar a imaginar que esta realidad vive en cada persona, en la vida de cada matrimonio. No todo el mundo se casa pero la mayoría de las personas sí y por esto ésta teología es muy digna de consideración”.
La especialista en leyes en defensa de la vida reconoció que las manifestaciones piadosas y religiosas de los cristianos son fuertemente físicas: “Acerca del Cuerpo Místico de Jesucristo, no sentimos vergüenza de la importancia de las manifestaciones físicas de la Iglesia: tocamos las reliquias, besamos las estatuas, tocamos nuestros rosarios, nos damos la mano. Esto habla de dar a cada persona un mensaje importante de que cada persona es un individuo importante. El Cuerpo de Cristo no está formado, lo tenemos que formar y debemos empezar con lo que tenemos”.
“Por lo que el matrimonio y la paternidad son entidades privilegiadas, la parroquia es otro espacio también privilegiado”, sintetizó.
Dios está en el hombre y mujer
Por su parte, el Cardenal Polycarp Pengo, arzobispo de Dar-es Salaam, Tanzania, rechazó que las uniones entre homosexuales y el aborto sean aceptables: “Están en contra de la voluntad expresa de Dios. Dios creo al hombre y a la mujer. El hombre solo no es una imagen representativa de Dios, para que el ser humano sea una representación fidedigna de Dios debe estar creada en la mutua relación entre un hombre y una mujer”, reinvindicó Mons. Pengo la figura del matrimonio.
“En primer lugar cuando hablamos de cristo debemos tener en cuenta que hablamos de Cristo Resucitado en su Cuerpo Divino, pero también hablamos sobre que también sufre y que también murió y nos da el sentido del sacrificio y en su relación con Dios por el bien de los demás. Cuando hablamos sobre lo que la Iglesia puede hacer para aliviar los problemas de la familia en el campo pastoral es importante no perder de vista de que la vida no es fácil, no fue fácil para Jesús. No quiero decir que Cristo sea sólo sufrimiento y que por esto el matrimonio debe ser una realidad sufriente. Cristo es también Aquel que enriqueció y glorificó a través de su sufrimiento, y cuando alcanzó este punto nos alcanzó la verdadera Gloria de la Resurrección”.
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