Apuntes de la 127a Convención Suprema

Las familias le ponen color a la Convención Cuando Caballeros de Colón se llama a sí misma la organización familiar fraternal católica más grande del mundo, cada palabra de esta descripción posee un fuerte significado. La naturaleza católica y fraternal de la Orden es bien conocida y es obvia en la visión y estructura de la organización. Sin embargo, el aspecto familiar también es fundamental porque los Caballeros de Colón existen gracias a la familia y para la familia. Esto se observa en todo el centro de convenciones en Phoenix, a donde los Caballeros han traído a su esposa y a sus hijos de todas las edades. Participan en muchas excursiones, se divierten en las piscinas y comparten los juegos y actividades especiales para los niños. Michael Conrad, Diputado de Estado de Nebraska, divide su tiempo entre las sesiones de la convención, Mary, su esposa, y sus tres hijos: Alyssa de 17 años, Christa de 14 y Seth de 9. Su hija mayor, Katelynne, de 19 años, no pudo viajar a Phoenix debido a sus obligaciones escolares. “Somos una familia de Caballeros de Colón”, dijo Mary. “Seth era un bebé cuando Mike fue director de programa de estado, por lo que el Consejo de Estado ha visto crecer a nuestros hijos. No cabe duda de que es una ventaja porque hacemos grandes amistades y nuestros hijos se hacen amigos de otros niños que comparten sus valores católicos”. Alyssa llama orgullosamente a su padre el “jefe de la manada” de la Orden en Nebraska. Christa dice que ella y sus hermanos llaman “tíos” a los funcionarios de estado que son colegas de su papá. “Nos da una gran oportunidad para incluir la fe católica en todo lo que hacemos como familia”, dijo el Diputado de Estado Conrad. “Tratamos de que participen los niños en todo lo que hacemos, como la campaña de recolección Tootsie Roll, la competencia de tiro libre, juegos de basquetbol en silla de ruedas, desayunos provida. “Caballeros de Colón es una gran organización familiar, lo que hace mucho más fácil educar a los niños en el medio actual”. Los Capellanes de reúnen para analizar su papel Subrayan “Tarea de Renovación” y necesidad de solidaridad Los dos pilares en los que los Caballeros de Colón deben construir su espiritualidad son la Eucaristía y María, dijo el Caballero Supremo Carl Anderson, al inicio de una reunión con los capellanes de C de C. Por ello, explicó, la Orden ha auspiciado varios congresos Eucarísticos en los últimos años, y este año celebra el primer Congreso Mariano sobre Nuestra Señora de Guadalupe, así como el Festival Guadalupano en Phoenix. Para que la Orden se centre en la eucaristía y María, “se requiere que nuestros capellanes tengan un papel más importante a nivel estatal y local,” afirmó el Caballero Supremo. En este Año Sacerdotal, los Caballeros deben permanecer solidarios con sus obispos y sacerdotes y presentarse como el brazo derecho fuerte de la Iglesia, para ayudar a los pastores en su difícil ministerio. Esta reunión, que se celebró el lunes por la tarde durante la 127 Convención Suprema, fue presidida por el Obispo William Lori, Capellán Supremo de la Orden y Obispo de Bridgeport, Connecticut. Asistieron 50 capellanes de Caballeros de Colón, la mayoría de los cuales sirven a nivel estatal. Anderson dijo que el creciente avance del secularismo en la sociedad ha dado más importancia que nunca a la catequesis sobre la fe y la formación espiritual para los Caballeros de Colón. “La tarea de renovación es vital”, subrayó. Añadió que la Orden entiende los principios de caridad, unidad, fraternidad y patriotismo de manera diferente del mundo. La “fuente y cima” para los Caballeros se encuentra en la Eucaristía. El Obispo Lori señaló que durante los últimos tres años, ha incluido una sección especial en la revista Columbia sobre el Catecismo de la Iglesia Católica y asuntos de enriquecimiento espiritual que deben utilizar los capellanes de estado en sus reuniones mensuales. Dijo también que los Caballeros deben rezar con fervor por la beatificación del Venerable Michael McGivney durante el Año Sacerdotal. “Debemos considerarnos como sucesores del Padre McGivney”, dijo, “¿No sería muy estimulante que un párroco como nosotros fuera beatificado en este año dedicado a los sacerdotes?” El Obispo Lori anunció también que al final del Año Sacerdotal, en junio de 2010, el Consejo Supremo patrocinará una peregrinación a Roma para todos los capellanes de estado de las 72 jurisdicciones de la Orden, para promover la fraternidad y el enriquecimiento espiritual. Los Capellanes responden Tras las presentaciones del Sr. Anderson y el Obispo Lori, los capellanes fueron invitados a expresar sus comentarios y sugerencias. Varios sacerdotes mencionaron la necesidad de mayor intercambio entre los capellanes y sugirieron que la Orden auspiciara retiros regionales para ellos. Otros dijeron que los funcionarios de los consejos deben invitar a los capellanes a ser algo más que miembros honorarios, y que los capellanes deben preparar un mensaje espiritual pertinente para cada reunión. Un joven capellán de Idaho dijo que “era incondicional de Caballeros de Colón”, pero que necesitaba mayor capacitación sobre la forma de cumplir con su papel. “Necesito orientación en este gran don de ser capellán de estado”, dijo. Mons. Eduardo Chávez, postulador de la causa para la canonización de San Juan Diego, cerró la reunión con una presentación de Nuestra Señora de Guadalupe y su mensaje para el mundo actual. Un oasis de Paz En la Capilla de la Adoración Mientras se aceleraba el ritmo de la Convención de Caballeros de Colón, cuando más delegados se registraban y llenaban las instalaciones junto con sus familias, un pequeño oasis de paz y sustento espiritual se abría el domingo. La Capilla de la Adoración, un salón de reuniones adaptado con una sencilla decoración, a unos pasos del corredor principal del centro de convenciones, está abierto para todo aquel que quiera detenerse a rezar ante el Santísimo Sacramento en el tabernáculo. La capilla está abierta de 9 a.m. a 5 p.m. todos los días hasta el viernes durante la Convención y el Congreso Mariano. A ambos lados del tabernáculo se encuentra una guardia de honor de dos Caballeros del Cuarto Grado en uniforme de gala, que se turnan cada hora todo el día. “Los Señores Caballeros están realmente muy orgullosos de participar en esta parte espiritual de la Convención,” dijo el Mariscal de Distrito de Arizona Kevin McCarthy, quien coordinaba la participación del Cuarto Grado en la Capilla de la Adoración. “Hay muchos eventos más llamativos y públicos, pero lo que ocurre en esta capilla es un componente tan vital como los demás. Nuestra espiritualidad es el fundamento de lo que somos como Caballeros. Más de 30 Caballeros del Cuarto Grado de la Provincia John H. Reddin cumplían los turnos ante el Santísimo Sacramento, junto con Caballeros del Cuarto Grado provenientes de otras jurisdicciones de todo Estados Unidos y Canadá, dijo McCarthy. “Todos colaboramos para que el Santísimo Sacramento siempre esté acompañado por un adorador,” señaló. “Todos participaremos en los otros eventos de la Convención, pero esto es lo que significa ser Caballero, es nuestra fe católica.” Entre elevadas temperaturas, los Voluntarios dan una cálida bienvenida Cuando los delegados cruzan las puertas principales del hotel de la convención, pasando del calor sofocante al aire acondicionado del lobby, una de las sonrisas que los reciben es la de T.J. Shope. Tocado con un sombrero de paja, de ala ancha al estilo cowboy, este Caballero de 23 años de edad tiene un apretón de manos, palabras de la hospitalidad del Suroeste y la información que necesitan los delegados y sus familias para encontrarse con su grupo. Incluso ofrece ayudarles con su equipaje. “Me hacen muchos comentarios,” dijo Shope respecto a su sombrero de cowboy. “Dicen que quieren comprarse uno igual ahora que están en Arizona, en especial los que vienen de la zona Este de Estados Unidos.” “Formo parte del comité de bienvenida, solo para ayudar, responder preguntas, guiar a las personas, indicarles dónde encontrar las cosas que necesitan,” dijo Shope, quien es Diputado Gran Caballero del Consejo St. James Apostle 12375 de Coolidge, Arizona. Él es uno de los más de 400 voluntarios de Arizona, que se destacan entre la muchedumbre por sus chaquetas azules con el emblema K of C en el frente y la palabra “Voluntary” en la espalda. “Hacen un poco –o más bien mucho – de todo,” explicó el Diputado de Estado de Arizona Herbert Maddock sobre los voluntarios. “Desde meter las cajas de donativos de agua por la puerta trasera, hasta recoger a los miembros de la jerarquía eclesiástica en el aeropuerto, organizar excursiones y el entretenimiento del lunes por la noche, nuestros voluntarios participan de principio a fin.” Don Gorney, coordinador de voluntarios ha estado trabajando duro durante meses, añadió Maddock. “No cabe duda que es un esfuerzo de equipo,” señaló, “Arizona está muy orgullosa de ser sede de la Convención Suprema por primera vez en su historia, y estamos decididos a que todos se lleven la mejor impresión posible.” Tom Kalisz, un diputado de distrito de Arizona, junto con su esposa, Danuta, tuvieron una razón especial para alistarse como voluntarios. “Somos de Polonia y sabíamos que llegaría una delegación de Polonia,” dijo él. “Yo voy a buscarlos al aeropuerto cuando lleguen. Queremos mostrarles toda la hospitalidad posible, darles la bienvenido de todo corazón en su propia lengua.” “En nuestra vida, ésta será probablemente la única vez en que se celebre la convención en Arizona, así que hacemos todo lo posible para que sea un éxito,” dijo Kalisz.