¿Qué es la Plegaria Eucarística?

¿Qué es la Plegaria Eucarística?¿Qué significado tienen cada una de sus partes? CATEQUESIS SOBRE LA PLEGARIA EUCARISTICA (I) Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomen esto es mi cuerpo”. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esta es mi sangre, la sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.”. Marcos 14, 22-24 PARTIR DE LA REALIDAD (VER) Para muchos es una larga y latosa fórmula "para consagrar" el pan y el vino...Momento en que decae el interés, después de la Liturgia de la Palabra, la Oración universal, la procesión de los dones...un poco más "entretenidos". La asamblea queda pasiva, esperando el rito de la paz y la comunión... Causa principal de esta triste constatación: la ignorancia de lo que es ese corazón de la misa. ¿Desde cuando no hemos hecho una catequesis sobre el tema? o por lo menos, aprovechamos la Homilía - que es la bisagra entre las dos mesas de la Palabra y la del Cuerpo - para hacer la relación entre la Palabra anunciada-vivida, y su realización en la Eucaristía ("el Verbo se hace Carne") como lo indica Puebla (documentos conclusivos de la Conferencia Episcopal), al hablar de la homilía (930). Y todos nos preguntamos cómo hacer de este momento, que debería ser de intensa participación no sólo por la disposición fundamental que se requiere de cada uno en ofrecerse con Cristo (Cf. Rom. 12,1), sino también ¿con qué recursos podemos contar? Se supone que el sacerdote conoce la estructura y el contenido de la P.E., pero ¿y los fieles? Estas notas se proponen para ayudar a descubrir la Plegaria Eucarística y hacer de ella el momento de mayor participación. 1. ¿Qué es la Plegaria Eucarística? 2. ¿Sabemos realmente qué es lo que sucede en la Plegaria Eucarística? 3. ¿Cuál es la participación de la comunidad en la Plegaria Eucarística? I. QUE ES LA PLEGARIA EUCARISTICA (JUZGAR) La IGMR (Introducción General al Misal Romano) habla de la Plegaria Eucarística en dos capítulos : - cuando describe la estructura de las partes de la misa y su contenido n. 78-79. - cuando describe la manera de celebrar de parte del sacerdote, n.139-165/ (100-122) En los n. 78-79 se enumeran los elementos de la Plegaria Eucarística y su contenido: - Acción de gracias y aclamación - Epíclesis de consagración - Memorial de la Institución (consagración) - Anamesis de la Pascua - Ofrecimiento de Cristo y de los fieles - Epiclesis de comunión - Intercesiones de comunión eclesial - Doxología A primera vista la plegaria eucarística, que es el corazón de la misa, podría aparecer como un mosaico de elementos dispares. Es indispensable presentarla en una visión de conjunto, para que aparezca la unidad profunda de lo que es el corazón de la misa, y cómo se encadenan mutuamente los distintos elementos. Y para eso, destacar su aspecto trinitario que apunta a la edificación de la Iglesia :(Cf. De Lubac : "La Eucaristía hace la Iglesia"). A) ¿Que es la Misa ? A quien preguntaría ¿qué es esencialmente la misa ? No se le puede contestar por una serie de elementos aparentemente dispares. Habría que contestarle : La Misa es un MEMORIAL (Cena: Palabra y Cuerpo), es decir que actualiza el paso de Jesús en su muerte y resurrección para hacernos participar de él. Es fundamentalmente una alabanza al PADRE que resucitó a CRISTO que habíamos entregado a la muerte, y que nos comunica su ESPÍRITU. Nos hace entrar en éste su misterio pascual y nos hace así IGLESIA: "El pueblo que saca su unidad de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". (S. Cipriano, citado en LG 4). B) ¿ Qué es la Plegaria Eucarística ? Esta definición de la misa se encuentra como concentrada en la Plegaria eucarística, en que : 1. Alabamos al Padre - (Prefacio y Santo-Doxología final). 2. Recordamos a Cristo : Memorial de la Institución : - "anamnesis" de la Asamblea y del sacerdote 3. Invocamos al Espíritu Santo: - sobre el pan-vino (Epiclesis de consagración) - sobre la Asamblea (Epiclesis de comunión) 4. En comunión con la Iglesia que se edifica por la Eucaristía: - del cielo ( Iglesia celestial) - de la tierra (Iglesia peregrinante) - de los difuntos (comunión de los santos) (Intercesiones) Estos 4 aspectos se desmenuzan en los elementos siguientes que desarrollamos brevemente en vista a una catequesis de la Plegaria : 1. Prefacio y Santo En la Plegaria Eucarística, el sacerdote actúa "in persona Christi": Lo reconoce la Asamblea al contestarle: "Y con tu espíritu", a su invitación: "El Señor esté con ustedes!" La IGMR n 31/11 recomienda al sacerdote que preside, hacer aquí una monición mistagógica, en la cual puede actualizar la Acción de gracias según las circunstancias o según el mensaje de la Palabra (vincular la Liturgia de la Palabra con la Eucaristía). "Prefacio" aquí significa " Proclamación": se proclama la alabanza/ bendición/ acción de gracias al Padre, por toda la obra de la salvación, o algún aspecto particular de la misma, según los diversos tiempos o fiestas. Los motivos son numerosos; el Misal trae más de 150 prefacios, cada uno con un motivo particular de acción de gracias. Importancia de la preparación: en vez de utilizar cualquier prefacio, el sacerdote se esforzará de elegir el que más se compagina con el mensaje de la Palabra del día. La conclusión del Prefacio asocia al cielo y a la tierra para cantar la gloria de Dios. La asamblea hace suya la Acción de gracias proclamada, prolongándola con el canto del SANTO que recoge palabras del AT y NT, particularmente del Apocalipsis (4,8) cuando Juan relata que los cuatro seres "repiten sin descanso, día y noche: "Santo, santo..." y de la aclamación al Hijo de David en la entrada de Jesús en Jerusalén: "Hosanna...Bendito el que viene" (Mt 21,9). El Santo es una aclamación bíblica que no puede ser sustituida por ningún otro canto: Jesús, el Hijo de David aclamado en su entrada a Jerusalén, es el centro de la alabanza eucarística. Es El que viene ahora, y por su Pascua glorifica al Padre. Entre el Prefacio-Santo y la primera epiclesis siempre se da una transición que las une. La III P.E., por ejemplo, la expresa en esta forma : "Santo eres en verdad, Señor, y con razón te alaban...”; y la II:" Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad ". 2. Epiclesis de consagración El sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda y, por su acción, sean trasformados el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. (Epi-clesis= "llamar sobre" ). Lo hace extendiendo sus manos sobre la patena y el cáliz: gesto tradicional de la comunicación, que evoca el momento de la Encarnación, cuando el Espíritu cubre con su sombra a María, y el Verbo se hace carne en sus entrañas. La Eucaristía prolonga la Encarnación. La señal de la cruz sobre el pan y el vino es el signo de la presencia de la Redención, finalidad de la Encarnación. 3. Narración de la Institución y consagración. El sacerdote recuerda el momento de la última Cena en que Cristo instituyó la Eucaristía, narrando o evocando ese momento: Tomó en sus manos el pan y luego el cáliz y bendijo al Padre, pronunciando la plegaria de bendición. Repite las palabras de Cristo, y lo hace en primera persona en virtud del sacerdocio ministerial del cual ha sido investido, indicando con ello que actúa "in persona Christi", es decir como instrumento y representante personal de Jesús. Momento cumbre, la IGMR prevé destacarlo con las genuflexiones, incensación posible, y toque de campanilla en cada elevación (n.150) 4. Proclamación del memorial : ANAMNESIS Anamnesis (del griego "mnêmè") designa el acto de hacer memoria: "Al celebrar el memorial...te ofrecemos”: estamos aquí en el corazón de la misa. Vaticano II, inspirándose en los ritos orientales, ha introducido una aclamación de anamnesis confiada a la asamblea, por la cual ésta se dirige a Cristo y lo alaba por el misterio central de su muerte y de su Resurrección en la espera de su venida en gloria. Los fieles se dirigen directamente a El: es la única vez en la Plegaria Eucarística; y eso le toca a la Asamblea! Hay en esta aclamación una paradoja intensa : los cristianos creen en la presencia del Señor "siempre presente en su Iglesia, sobre todo en las acciones litúrgicas...presente en el sacrificio de la misa...y sobre todo bajo las especies eucarísticas" (SC n,7), y sin embargo la Iglesia los invita a decir: "Ven!" : el Señor está presente bajo la forma del pan y del vino que el Espíritu ha santificado, pero lo que hace la Iglesia, celebrando su liturgia eucarística, lo hace siempre en la espera de la venida del Señor en la gloria: "Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz, ustedes proclaman la muerte del Señor hasta que venga (1 Cor 11, 26). Por eso es capital que esta aclamación de anamnesis haga mención de esta espera de la venida del Señor. La Eucaristía es el sacramento que celebra la Iglesia porque todavía el Señor no ha vuelto en plenitud, sino solo bajó el velo del signo-sacramento. Hacer memoria es : - fundarse en un evento de la salvación histórico y pasado: * "Gloria a Ti que has muerto"; - para anunciar su actual realización, sobre todo en la Eucaristía: * "Gloria a Ti que estás vivo"; - y llamar su realización plena : * "Ven, Señor Jesús" ! Primero lo hace la Asamblea. El sacerdote invita a la Asamblea a hacer memoria del misterio de la redención contenido en el "Hagan esto como mi memoria". Las 3 fórmulas de la asamblea lo expresan de manera distinta. Se anuncia el misterio de la presencia de Cristo que sólo es visible a los ojos de la fe; en un "sacramento"( o misterio), es decir, una realidad sensible o visible (pan y vino), que contiene lo invisible, en este caso al mismo Cristo muerto y resucitado. Luego el sacerdote proseguirá la "anamnesis",cumbre de la narración, recordando la Muerte, Resurrección, Ascensión y segunda Venida gloriosa del Señor. 5. Segunda Epiclesis y ofrecimiento del Sacrificio Cristo se ha hecho presente en virtud de las palabras de la consagración. Viene ahora a renovar, a reactualizar (ése es el sentido del memorial) su ofrenda al Padre como víctima viva de expiación por nuestros pecados. La Iglesia hace entonces suya su ofrenda y, con El, se presenta al Padre. Es Cristo quien se ofrece y en El y con El, la Iglesia, todos los que participan activamente en la celebración eucarística: "Yo les exhorto, hermanos, a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa, y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer"(Rom l2,1). Las distintas plegarias lo expresan de manera particular, mostrando que la anamnesis o memorial y el ofrecimiento son estrechamente unidos: • "Por eso, al celebrar este memorial...te ofrecemos el Pan de Vida y el Cáliz de salvación" (II) • "Te ofrecemos en esta acción de gracias el sacrificio vivo y santo" (III) • "Te ofrecemos su Cuerpo y Sangre, sacrificio agradable a Ti y salvación para todo el mundo" (IV) ... ejercicio del sacerdocio bautismal de los fieles celebrantes. Si Cristo renueva sacramentalmente su ofrenda al Padre, es para hacer posible que nos incorporemos a ella. Por eso, se invoca de nuevo al Espíritu, en una segunda Epiclesis, llamada "Epiclesis de comunión" para que: - "el Espíritu Santo nos transforme en ofrenda permanente... y que formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu" (III), - "el Espíritu Santo nos congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo...(II) - "que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo, seamos en Cristo víctima viva para tu alabanza" (IV) 6. Intercesiones y comunión eclesial Luego de la epiclesis de comunión, que implora al Espíritu Santo a fin de que seamos un solo cuerpo y un solo espíritu en Cristo, la Liturgia nos invita a expresar nuestra comunión con la Iglesia en todas sus dimensiones. - Con la Iglesia militante aquí en la tierra (Papa, Obispo de la Iglesia local, clero, y todos los fieles. - También nos invita a unirnos a los fieles difuntos (Iglesia purgante), particularmente a aquellos que se encuentran en una etapa de purificación. - Nos unimos igualmente a los que ya han llegado al cielo (Iglesia triunfante), especialmente a la Santísima Virgen María y los santos. En la plegaria eucarística, el sentido "ascendente" es dominante, es decir, la glorificación del Padre, la gratitud y alabanza; pero en ella se da lugar a una dimensión "descendente", es decir, nuestro propio beneficio, lo que esperamos como fruto de la ofrenda de Cristo. Pedimos paz y unidad, salvación, confirmación en la fe y la caridad, ser asociados a los santos y compartir con ellos la vida eterna para glorificar siempre al Padre por Cristo. Las distintas plegarias lo expresan extensamente. 7. Doxología final La plegaria eucarística concluye en forma solemne con la doxología final, de modo semejante y en el mismo sentido de su inicio en el Prefacio: Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos ! La Iglesia congregada en la asamblea que celebra la Eucaristía, ensamblada en la unidad por el Espíritu Santo en Cristo, por El y en El, glorifica al Padre. El sacerdote, elevando bien alto la hostia y el cáliz (signo expresivo de Cristo "mediador" entre el cielo y la tierra), en un magnífico canto de alabanza, expresa así el sentido profundo de la acción litúrgica: el honor y la glorificación de Dios Padre en Cristo Jesús. Los fieles responden a esta aclamación con un decidido AMEN, como un "SI, lo confirmamos y confesamos!", lleno de alegría. II. ORIENTACIONES PRÁCTICAS PARA LA PARTICIPACION ACTIVA DE LA ASAMBLEA (ACTUAR Y CELEBRAR) 1. Conocimiento de lo que es la Plegaria eucarística, tanto de parte del sacerdote como de los fieles. De allí, la importancia de una catequesis periódica. Los elementos del capítulo precedente pueden orientar. 2. De parte del que preside: respeto estricto de las normas: - así, no inventar gestos no previstos; - no añadir comentarios o fervorismos o expresiones de piedad personal. "la monición se hace antes del prefacio pero nunca dentro de la plegaria eucarística" IGMR n.31. - inventar gestos por su propia cuenta: p. ejemplo romper la Hostia antes de la consagración, a la palabra "lo partió", como si fuera un mimo. 3. Evitar invadir la plegaria con largas listas de difuntos como si fuera un noticiero necrológico! Es la mejor manera de aburrir a la mayoría de los fieles y de ahuyentar a los jóvenes, para quienes "la misa es un asunto de muertos"(sic). La plegaria no es el lugar. Pueden leerse antes de empezar la misa, pero no en la Oración universal ni en la plegaria. La misa es el memorial de la Pascua del Señor, no el memorial de los difuntos que tienen la suerte de tener a alguien que pague para que se lean sus nombres en la misa. Es bueno recordar también para los sacerdotes la advertencia de San Pablo: “Examinarse para que no se vayan a condenar al comer indignamente el Cuerpo del Señor”... también al hacer del memorial de Cristo un negocio... 4. Superar lo rutinario: - la monotonía, la falta de expresividad con que se leen los textos; - la nerviosa búsqueda del prefacio o de la P.E., mientras mecánicamente se introduce el diálogo previo al prefacio; - el apresuramiento con que se "despacha" la plegaria eucarística; - la ausencia de pausas donde el misal sabiamente lo indica; - la forma mecánica de dirigirse al pueblo: " Oren, hermanos para que...Levantemos el corazón... Aclamen el misterio de nuestra fe...Dense la paz..." 5. Importancia de la "monición mistagógica", después del "El Señor esté con ustedes", como una "pausa refrescante" en el cúmulo de palabras leídas...algo un poco más personal, para actualizar la palabra que se ha proclamado y comentado en la homilía, relacionando el alimento de la Palabra con el rito que lo encarna... Y después, se puede invitar con un alegre entusiasmo: "¡Levantemos el corazón!” Importancia también de la elección del prefacio y de la Plegaria, según el mensaje de la Palabra proclamada y vivida. 6. Belleza de los pocos gestos durante la plegaria: - imposición de las manos sobre el pan y el vino; - gesto de la bendición sobre los mismos; - discreta inclinación al repetir las palabras del Señor; - elevar, para "mostrar" (a la altura del rostro) el Pan y el Cáliz; - Genuflexión (que no hay que alargar demasiado) o profunda inclinación para los que ya tienen las rodillas oxidadas... - "Elevar" lo más alto el Pan y el cáliz para la doxología final, y que puede prolongarse durante el canto del "Amen". ( visibilidad del Sacerdocio de Cristo, Sumo y Eterno "Mediador" entre Dios y la humanidad). Este Amén debería ser siempre cantado. No es para tomar el lugar del sacerdote que algunas asambleas se pusieron a rezarla junto con el sacerdote (-culpable: la concelebración!-), sino porque un breve "Amén" no les parece suficiente para ratificar y sellar toda la plegaria eucarística. Dicho esto, se dispone hoy de fórmulas que dejan al sacerdote la proclamación cantada del texto que le pertenece, al mismo tiempo que se amplifica la participación de la asamblea, sea interrumpiendo la fórmula con varios "Amén", sea amplificando el "Amén" por su repetición. 7. Importancia de las intervenciones (si fuese posible… siempre cantadas) de la Asamblea; - Santo (que forma parte del Prefacio); - Aclamaciones de anamnesis después de la consagración (y no cualquier canto, como "Alabaré!" u otro, que son como un "quiste" en este momento de la misa; - Amén final de la Doxología. Es el "Amen" más importante de la misa que tiene su eco en el "Amén" al Cuerpo de Cristo que se recibe en el momento de comulgar... Pbro. Lic. Lorenzo Hernández Managua Bibliografía: - Vaticano II, Sacrosactum Concilium. - Introducción General al Misal Romano - De Lubac : “La Eucaristía hace la Iglesia”. - Manual de Liturgia del CELAM - BOLETÍN DE INFORMACIÓN, SERVICIOS Y COORDINACIÓN DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA - CHILE ABRIL 2001