POSICIÓN DEL CACM EN TORNO A LA POSIBLE LEGALIZACIÓN DE “MATRIMONIOS” HOMOSEXUALES Y LA ADOPCIÓN DE NIÑOS EN EL D.F.

CONSEJO DE ANALISTAS CATÓLICOS DE MÉXICO (CACM) BOLETÍN DE PRENSA POSICIÓN DEL CACM EN TORNO A LA POSIBLE LEGALIZACIÓN DE “MATRIMONIOS” HOMOSEXUALES Y LA ADOPCIÓN DE NIÑOS EN EL D.F. Los miembros del CACM –hombres y mujeres emanados de distintas instituciones cívicas y religiosas en México- en uso de nuestra libertad de conciencia y de expresión, consagrada ésta última en la Constitución Política, declaramos ante la Opinión Pública lo siguiente: 1. Las reformas efectuadas al Código Civil del Distrito Federal mediante las cuales se pretenden legalizar los “matrimonios” homosexuales y permitir la adopción de niños por parte de estas parejas, aprobadas por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal el 21 de diciembre de 2009, constituyen una seria amenaza al país, pues pretenden, en el fondo, no sólo destrozar la esencia del matrimonio heterosexual sino trastocar el orden social al vulnerar la célula básica de la sociedad que es la familia. Desde nuestra perspectiva multidisciplinaria dicha legislación es ética, biológica, antropológica, religiosa, jurídica y socialmente ¡inaceptable! Se privilegia, así, tan sólo una ideología política nociva. Además, llama la atención que tales reformas jurídicas fueron aprobadas en el marco de los aumentos al Metro y los impuestos en la Ciudad de México, como una forma de distraer la atención de la ciudadanía y la opinión pública de los verdaderos problemas que existen en el Distrito Federal, todavía pendientes de resolver. 2. La legalización de estas uniones homosexuales y su adopción infantil, sumadas a la perversa legalización del aborto en la Ciudad de México en 2007, nos demuestran el grado sumo de desprecio por los niños y por la vida por parte de legisladores locales del Partido de la Revolución Democrática y del Partido del Trabajo. Tales disposiciones jurídicas contravienen, además, los derechos humanos fundamentales contenidos en diversos instrumentos de Derecho Internacional Público. (Véanse el Preámbulo y los artículos 2º, 5º, 6º, 8º y 27º de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, 1989, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948, en el Preámbulo y el artículo 16). La integración de niños en las uniones homosexuales a través de la adopción significa someterlos de hecho a violencias de distintos órdenes (como el psicológico), ya que se aprovecha de su débil condición de pequeños para introducirlos en ambientes que no favorecen su pleno desarrollo. Por ello, exhortamos a todos los asambleístas del D.F. impugnar el “derecho” de los homosexuales a adoptar. 3. Consideramos firmemente que el matrimonio heterosexual y la familia deben -por sentido común, tradición histórica, desarrollo armónico social, supervivencia humana y mandato de Dios- ser protegidos por la Ley, especialmente por las autoridades encargadas de velar por la sana convivencia y el bien común del Estado. La ALDF, en este sentido, pone en peligro el tejido de la moralidad pública, los valores arraigados en la cultura mexicana y expone a las nuevas generaciones a una concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio al relativizarlos. 4. Negamos rotundamente que el Cardenal Norberto Rivera Carrera y el Episcopado Mexicano fomenten el odio e instiguen a la violencia social tal y como algunos actores partidistas y “activistas” afirman; respaldamos, en cambio, sus declaraciones respecto al tema y, como parte también del cuerpo de la Iglesia, calificamos de absurdas aquellas acusaciones de “intolerancia” de las que han sido objeto recientemente nuestros pastores, pues sólo son una vieja estrategia mediática que revela el grado de ignorancia, jacobinismo, manipulación, laicismo y repudio de parte de quienes detestan la verdad, las sanas costumbres y las instituciones en México, y desean ver a la Iglesia maniatada en las catacumbas. 5. Finalmente, conocida ya la promulgación de las reformas al Código Civil en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, respaldamos el recurso de inconstitucionalidad contra la ley aprobada que confiamos presentará la Procuraduría General de la República ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De este modo, los derechos fundamentales de los niños, el matrimonio heterosexual y la familia, instituciones fundamentales de interés público para el recto desarrollo de la sociedad, “patrimonio común de la humanidad” (como calificó Juan Pablo II), quedarán salvaguardados. __________________________________________________________________________________________________________________________________________ www.analistascatolicos.org