El Don de la Movilidad

El Don de la Movilidad por Peter Feuerherd La asociación de la Orden con Global Wheelchair Mission brinda esperanza e independencia a miles de necesitados En este articulo TRANSFORMAN VIDAS MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS HAY GRANDES NECESIDADES El Caballero Sam Szalwinski de San Antonio no habla mucho español. Y la mujer de la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, México, quien recibió una silla de ruedas de Szalwinski, no habla nada de inglés. “No necesitábamos el lenguaje para comprender lo que era evidente”, dijo Szalwinski, miembro del Consejo St. Mark the Evangelist 7612 de San Antonio, y presidente del proyecto sillas de ruedas del estado de Texas para Caballeros de Colón. “Yo tenía lágrimas en los ojos”, añadió, recordando la emotiva entrega de sillas de ruedas a los necesitados de Nuevo Laredo. “La señora era tan encantadora y alegre.” Ésta es una imagen de una de las empresas caritativas más logradas de la Orden: su asociación con Global Wheelchair Mission una alianza entre American Wheelchair Mission y Canadian Wheelchair Foundation (Fondation Chaise Roulante Canada). Por un precio relativamente bajo, este programa transforma miles de vidas en el mundo entero. Desde los hospitales para veteranos de guerra en Florida hasta remotas aldeas en Afganistán, los Caballeros cambian vidas, silla por silla. TRANSFORMAN VIDAS Volver Arriba En muchos países pobres, la entrega de una silla de ruedas puede mejorar la vida de hasta diez personas, dijo Christopher Lewis, miembro del Consejo Alhambra (Calif.) 2431 y presidente de American Wheelchair Mission. No solo mejora la vida de las personas que necesitan una silla de ruedas — algunas de las cuales se desplazan literalmente rozando el concreto de las calles citadinas o el polvo de las aldeas rurales — sino también para quienes se ocupan de ellos. Por ejemplo, los hijos de las personas inmovilizadas, que solían ser asistentes de tiempo completo, a menudo pueden asistir a la escuela por primera vez. Las entregas de sillas de ruedas también trascienden barreras políticas y lingüísticas, y son motivo de grandes celebraciones. Lewis recuerda la reacción de un niño de un barrio de Chile: “Cuando entregamos la silla, fue como una fiesta de manzana. Tuvo un impacto en toda la manzana.” Según Lewis, casi tres por ciento de las personas de los países en desarrollo necesitan una silla de ruedas. En países donde abundan las minas de tierra dejadas por antiguas guerras, como Angola, hasta 20 por ciento de la población ha perdido el uso de las piernas. En total, unas 100 millones de personas del mundo entero necesitan una silla de ruedas. La participación de los Caballeros en este programa comenzó en 2003, cuando el Consejo Supremo patrocinó la entrega de sillas de ruedas a Afganistán, Jordania, Filipinas, Polonia y México. Desde entonces, han patrocinado la entrega de más de 20,000 sillas de ruedas. Cada una de estas sillas está valuada en más de $500 dólares. Sin embargo, como se compran en bloque y la fábrica envía directamente contenedores con 100 ó 280 sillas, Global Wheelchair Mission puede proporcionarlas por tan solo $150 dólares cada una. La asociación actual de Caballeros con Global Wheelchair Foundation surgió de su colaboración con la Fundación Sillas de Ruedas, organización de la que Lewis fue director de educación pública hasta 2000. Lewis dijo que su propia identificación con la causa tiene sus raíces en su participación cuando era joven en el teletón contra la distrofia muscular del Día del Trabajo, que condujo su famoso padre, el cómico y actor Jerry Lewis. A partir del momento en que comenzó a trabajar con el teletón a los 14 años, Chris sintió la inspiración de hacer algo para quienes no pueden caminar. La campaña de sillas de ruedas fue una consecuencia natural. MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS Volver Arriba La necesidad de una sencilla silla de ruedas no se limita a los países en desarrollo; existe también una necesidad que los Caballeros cubren en todo Estados Unidos. Aunque el programa de Texas se ha centrado en las personas necesitadas del lado de México, los Caballeros también se han esforzado por ayudar a los sacerdotes y hermanos retirados de Padua Place, un centro de retiro de la Arquidiócesis de San Antonio. En otros sitios, los Caballeros han ayudado a las organizaciones inválidos, al mes. El impacto de la donación de una silla en el restringido presupuesto de un veterano es importante. Bob Read del consejo Marion 5960 de Ocala, Fla., y presidente local de la misión sillas de ruedas, dijo que los Caballeros han centrado sus esfuerzos en los veteranos desde la Segunda Guerra Mundial hasta la fecha. La reacción es palpable. “Algunos llevan 15 años sufriendo”, dijo. “Se sienten tan impresionadosal saber que a alguien le importan. No se habían dado cuenta de que en la sociedad hay gente que se preocupa por ellos.” El argumento de Read para las parroquias y los consejos de C de C de Florida es sencillo. “Les hacemos saber que la razón de esta campaña es llevar esperanza y movilidad a quienes las necesitan”, dijo. Además de los veteranos, los Caballeros de Florida también socorren a los que sufren parálisis cerebral y esclerosis múltiple. “Fuera de Estados Unidos, la situación es más dramática”, dijo Lewis. En muchos casos “la diferencia es que quiera vivir una persona que solo quería morir.” Uno de los beneficiados de la Ciudad de México había vivido veinte años desplazándose con ayuda de una tabla de patinar antes de recibir una silla de ruedas con la ayuda de la Orden. Cuando los Caballeros visitaron Los Reyes, México, para entregar sillas de ruedas, su presencia se celebró con una Misa, y algunos de los beneficiados pudieron ir a la iglesia por primera vez en años. Tan solo en la Ciudad de México, Lewis ha ayudado a coordinar la distribución de unas 120,000 sillas de ruedas, y siguen llegando más solicitudes. Los consejos de C de C de México y Centroamérica reciben a sus contrapartes de EE.UU. y Canadá con comidas y aportan apoyo logístico trabajando con las organizaciones que identifican a quienes necesitan una silla de ruedas. Mientras tanto, los consejos de Estados Unidos y Canadá a menudo fungen como recaudadores de fondos para el programa. En ciertas parroquias, los Caballeros a veces hablan al final de la Misa para alentar el apoyo. Los Caballeros que participan en la Misión Sillas de Ruedas también opinan que este apoyo práctico y efectivo paralos más necesitados es un buen argumento de reclutamiento. Cuando los hombres se enteran del programa, sienten deseos de unirse y participar. De hecho, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de la Ciudad de México se formó un consejo como resultado directo de la forma en que los hombres se sintieron inspirados por el proyecto sillas de ruedas. Christiana Flessner, directora ejecutiva de Canadian Wheelchair Foundation (Fondation Chaise Roulante Canada), explicó “Nuestro programa sencillo y directo, así como de alto impacto, permite relacionar incluso las comunidades más pequeñas de Canadá con lugares y personas de muy lejos, conectando a Caballeros con Caballeros y corazones con corazones.” Larry Kustra, pasado diputado de estado de Manitoba y miembro del consejo St. Emile 8221 de Winnipeg, dijo que este esfuerzo genera entusiasmo tanto entre jóvenes como entre personas de edad. “El programa ha dado [a los Caballeros de Manitota] una perspectiva más amplia que las necesidades benéficas locales”, dijo. Este año se planea una entrega en Cuba auspiciada por los Caballeros de Manitoba. Dan Heffernan, abogado de estado de Ontario y director del programa de sillas de ruedas, viajó a México en 2008 junto con una delegación de C de C de su provincia y una de California. Cuando llegaron a su destino, los Caballeros entregaron las sillas de ruedas junto con gorras de los Azulejos de Toronto. Según Heffernan, una silla de ruedas es un bien valioso en México, donde muchos subsisten con un salario anual promedio de apenas $1,500 dólares. Como lo señaló un sacerdote durante una Misa de entrega de sillas de ruedas, “Las personas llegan aquí como águilas con una sola ala. Los Caballeros les han dado la otra, de forma que ahora pueden volar.” HAY GRANDES NECESIDADES Volver Arriba A fines de 2008, el Pasado Diputado de Estado Marvin DeSchryver de Saskatchewan y su esposa Pat huyeron del frío Canadiense pasando unas vacaciones en República Dominicana. Su viaje incluyó una participación en el programa de sillas de ruedas en Santo Domingo y otras ciudades con otros Caballeros y sus esposas. Con ayuda de las donaciones de Caballeros de Saskatchewan, colaboraron con las instituciones locales y ofrecieron una entrega formal en una bodega local. También recorrieron Santo Domingo, distribuyendo sillas a quienes no podían desplazarse hasta la bodega. Una de las sillas de ruedas brindó movilidad a una persona de 34 años, que había quedado inválida en la infancia por un accidente. En otro caso, se trató de una mujer de 92 años, que llevaba ocho años postrada en cama por falta de una silla de ruedas. El pequeño grupo de Caballeros de Saskatchewan también llegó provisto de una cantidad de artículos de primera necesidad y otros bienes para distribuir entre los pobres. “A donde fuéramos, los niños se apiñaban en torno a nosotros”, recordó De- Schryver. “Entregamos artículos escolares, cepillos de dientes, pequeños juguetes, botones con la bandera de Canadá y más de 100 rosarios hechos a mano.” En la ciudad de Samana, los Caballeros fueron recibidos por una madre, su hermana y un niño de ocho años. “Lo especial es que habían oído hablar de la distribución y se apersonaron, esperando tener la suerte de recibir una silla”, señaló DeSchryver. Su esperanza se vio colmada, pues había una silla extra, y recibieron el donativo con lágrimas de alegría. Sin embargo, los Caballeros no están satisfechos con los recuerdos de las personas agradecidas por su ayuda. Sienten que el esfuerzo debe continuar porque existen grandes necesidades. Durante el largo viaje en auto que los trajo de regreso de México, los Caballeros de Texas relataron las emociones de quienes recibieron sillas de ruedas. “Es muy emotivo entregar una silla de ruedas a una persona necesitada”, explicó Szalwinski. Añadió que la esposa de uno de los Caballeros expresó la preocupación de que debían continuar con ímpetu su viaje y no volverse autocomplacientes. “Ella dijo: Ya pasó el momento emotivo. Ahora debemos actuar.” Así, por medio de la asociación de la Orden con Global Wheelchair Mission, los Caballeros de San Antonio, así como de muchos otros consejos del Norte de América, siguen ayudando en la medida de sus posibilidades a cubrir una inmensa necesidad humana y práctica. Para mayor información sobre Global Wheelchair Mission, incluyendo videos y material de apoyo, visite www.kofc.org/wheelchair.