PARA QUE SIRVE LA FILOSOFIA ?
Submitted by adolfo.haedge on Thu, 2010-03-04 21:43
¿PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA?
El presente planteamiento es el que comúnmente hace la gente respecto a esta ciencia de tan alta estima. Ya en el artículo anterior he escrito algunas notas sobre las cualidades de la filosofía y su nacimiento.
Por el Pbro. Lic. Eduardo Contreras Ramos. Comúnmente oímos decir que la filosofía es algo que para nada sirve; que es propio del filósofo remontarse a su mundo de la especulación, de la teoría, olvidándose de la realidad de la vida. Hasta se cree que el filósofo es un tipo extravagante, un hombre sin sentido de la vida, por consiguiente un soñador que se pasa el tiempo inventando teorías, que se ocupan de componer el mundo a su manera. En una palabra, se cree vulgarmente que la filosofía es ocupación de desocupados; y que el filósofo es un visionario al que no debe hacérselo caso.
Pero también existen personas que aparentan tener cultura; se oyen expresiones de desprecio hacia la filosofía y sus problemas. Es que sobre todo en nuestros días, el tráfago de la vida, el auge creciente de infinidad de aspectos de índole material, obligan al hombre a circunscribir su radio de acción tan solo a lo más apremiante, a la solución de problemas más urgentes, sin dejarle tiempo de pensar un poco, de meditar en lo íntimo de su propia conciencia, de abandonarse a una vida de la idea más fecunda y activa.
No hay que achacarle gratuitamente a la filosofía defectos que no tiene, ya que sólo existen en mentalidades apocadas, e inteligencias que no son capaces de ver dos metros adelante. Por otra parte, quienes achacan a la filosofía vicios que no tiene; proceden completamente anti racional. Y quien afirma que la filosofía es inútil está demostrando su ignorancia quintaesenciada, ya que se confiesa incapaz de toda actividad intelectual; para él el entendimiento no es más que una facultad que no sabe cómo usar, más aún, que no sabe si debe usarse, y por eso la usa de manera desprovista completamente de la más elemental dosis de sentido común.
Quienes, en cambio, hablan mal de la filosofía, tan sólo por decir algo, están demostrando el alto grado a que ha llegado su necedad, porque hablar por hablar, hablar únicamente por no permanecer callado nos parece una conducta incalificable. Las plantas, los minerales y las bestias no hablan porque no pueden hacerlo porque no necesitan el lenguaje para comunicar sus ideas, ya que no las tienen. Pero quienes hablan solo por hablar, ni siquiera pueden compararse con la guacamaya ya que la guacamaya al menos repite algo que ha oído, pero no es responsable de lo que dice, puesto que carece de entendimiento. Para quienes lo tienen y lo usan torcidamente; demuestran la gran pobreza intelectual que llevan como único patrimonio para pasar la vida.
Es cierto que no se necesita ser un sabio para vivir bien, como entendemos comúnmente; pero la mayor miseria que puede padecer el hombre es la miseria de su vida intelectual, rodeado del Fausto y del lujo, que desciende de lo humano; y cuando se vive en la esfera de lo infrahumano, no tiene, ningún sentido la vida. Pero insistimos en nuestro tema ¿para qué sirve la filosofía? La filosofía es algo tan grande, tan noble, tan digno; que es algo que todo hombre lleva en su propia conciencia, pero de una manera embrionaria inicial. Todo hombre tiene su filosofía, todo hombre filosofa, porque todo hombre, en última instancia, tiene la facultad d conocer; en el hombre existe la razón por la cual se puede llegar al conocimiento de las cosas, entonces la filosofía; debe entenderse como un saber por esencias, un saber por causas y principios, pero un saber por esencias con carácter de universalidad. Es un conocimiento que se apoya en los principios y en causas, y ciertamente en las últimas.
La filosofía es la ciencia de los por qué, pero llevándolos hasta su ultima explicación posible. Hay dos problemas fundamentales que el hombre se plantea, a saber; ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? Porque si nuestra existencia es un hecho que no podemos negar, cabe preguntarse por el origen de esa existencia así como de su finalidad. ¿Por qué, para qué vivimos? Esta es una cuestión fundamental que todo hombre debe resolver en el santuario íntimo de su propio yo; todo hombre tiene que llevar una vida consciente, pero sobre todo una vida con una orientación definida. Cuando el hombre razona por vivir esto, se notará que usa la razón congruentemente; pero el hombre tiene miedo de usar su razón, ya que haciéndolo se verá obligado a evitar infinidad de cosas que hace, pero que no debe hacer. En este sentido, la filosofía es lo más práctico que pueda concebirse, aunque para muchos parezca atrevida la afirmación. La especulación filosófica que no dé normas para la vida cotidiana, la filosofía que no enseñe a vivir, sencillamente no es filosofía; todo podrá serlo pero nunca filosofía.
El mal de nuestro mundo contemporáneo, más que un mal moral, es un mal intelectual. Más que falta de ética, carencia de moralidad, en nuestros días se respira un ambiente privado de logicidad, de razonamiento, de reflexión. Ruinas y miseria moral se ven por donde quiera en nuestros días. Por otra parte, el desenfrenado deseo de lucro, la desmedida ambición, que no reconoce principios y derechos morales, ha venido a dejar al hombre sumido en el caos más negro y profundo. En nuestros días todo se halla supeditado a las más bajas pasiones, a los más bestiales instintos: la vida de la idea ha sido estrangulada por el materialismo y por la ambición.
Hoy vivimos una vida despojada de su característica de su racionalidad, y por ello el mundo se halla en la más completa bancarrota de los valores. Pero no todo está perdido, es tiempo de enderezar la embarcación. El remedio es muy sencillo: hay que pensar, hay que razonar, hay que llevar una vida más acorde con la naturaleza de nuestra razón, de nuestra inteligencia. La filosofía no es tan solo especulación y teoría: la filosofía nos enseña como maestra de la vida, pero debemos seguir sus enseñanzas. No está destinada sólo para algunos; no es privilegio de unos cuantos sino herencia de toda la humanidad. La filosofía es algo que todo hombre lleva dentro de sí: tan sólo hay que hacerla practica, y esto se obtiene viviendo una vida racional.
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