Año Jubilar Sacerdotal

AÑO JUBILAR SACERDOTAL Gracias Santo Padre por pensar en tus sacerdotes y dedicarles un jubileo sacerdotal, que servirá para que nosotros, el pueblo de Dios, tomemos conciencia de que los laicos los apoyemos y los amemos. Gracias sacerdotes santos porque no buscan reconocimiento propio en su ministerio, sino sembrar la Palabra en sus hijos espirituales. Gracias porque en sus homilías no buscan el aplauso sino hacer llegar a los corazones el evangelio. Gracias por ilustrar los espíritus y convertir almas y finalmente gracias por la caridad que muestran al pueblo de Dios. Sacerdotes santos orar por los sacerdotes que han entrado en la rutina de su ministerio; que se sienten solos, incomprendidos, que no estudian que no preparan sus homilías que no ponen todo su amor para ser dignos representantes de Jesús, para que hagan conciencia de la responsabilidad que tienen ante Dios Padre de llevar las almas hacia Él y para que siempre tengan presente a María que, como madre, tiene un amor especialísimo por sus sacerdotes. Jesús el verbo del Padre; ama y consigue gracias extraordinarias para sus sacerdotes, pero ellos tienen que pedir y buscar, con la oración y la mortificación y, como consecuencia, obtendrán una cascada de gracias que recibirán para que puedan ser dignos sacerdotes encarnados en Jesús para salvar a las almas bajo su cuidado. ¿Hay acaso en este mundo, entre el género humano, algo más grande y sublime que entregarse a Dios y ser uno con Jesús en el sacerdocio? Tomemos conciencia que hasta cierto punto, somos también responsables de lo que sucede en nuestro entorno ¿ayudamos al prójimo? Ahí incluyo principalmente al sacerdote, ¿Apoyamos a nuestro párroco o a cualquier sacerdote que sepamos tiene necesidad de ayuda? ¿Nos ocupamos de sus necesidades? O somos indiferentes, o por el contrario, los criticamos, en vez de buscar dialogar con ellos y ofrecerles ayuda, ¿Oramos por ellos? Tenemos que hacer conciencia meditar y preguntarnos ¿Qué puedo hacer yo por un sacerdote que se siente solo? ¿Lo puedo invitar a convivir en familia? ¿Puedo hablar con él en privado, si hay una falta pública que se puede volver escándalo? Hacerle sentir lo importante que es él para Dios y sus feligreses y sobre todo para Jesús, pues no hay nada que entristezca más su corazón, que un sacerdote que no lo ame. Marisa. ¿Cuál es el fundamento de toda esta atención al sacerdocio? Respondería: Además de todo lo que se le debe al sacerdote y que está expresado en el artículo, El Sacerdote primero es Cristo y los sacerdotes somos sus instrumentos, no como cosas sino como personas con quienes Él guarda una unión muy íntima. Juan Gutiérrez González. M.Sp.S.