Escoger lo mejor

Escrito por Mons. Rogelio Cabrera López Martes, 20 de Julio de 2010 08:40 Escoger lo mejor “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará” (Lc 10, 42) Muchas veces hemos oído que nuestra libertad consiste en escoger entre lo bueno y lo malo. Parece una propuesta lógica. Pero la realidad no es así. Porque el mal no es una opción; es, más bien, una privación. Lo correcto sería decir que debemos escoger entre lo bueno y lo mejor. Y, éste tiene más sentido, porque entre dos bienes, puedo escoger aquello que sea mejor para mí o en ese momento decisivo. Nuestra realidad concreta, nos está ofertando constantemente muchas cosas, entre ellas muchas que parecen fáciles o que lo son en realidad, pero con grandes consecuencias. Saber escoger significa tener la capacidad de sopesar, es decir, hacer una valoración de lo que se hace y sus consecuencias, así como los beneficios que acarrea tal decisión. Se supone que una oferta, te propone lo mejor que tiene, pero no necesariamente lo que necesitas. Debemos estar muy atentos para no dejarnos fascinar. Lo fácil, lo divertido, lo momentáneo, puede ser más atrayente. Creer que es mejor escoger entre una persona que me exige menos que una que me exige más. Por ejemplo entre los estudiantes, puede suceder que el mejor maestro es el que no exige, o el padre de familia que todo lo permite y no cuestiona, o el amigo, que en realidad es un cómplice, que solapa todo, etc., Saber escoger, significa también que estamos en búsqueda de lo mejor, que nos conocemos y sabemos lo que necesitamos, no se trata sólo de responder a lo que me gusta o me nace, sino a lo que realmente necesito. Con esto llegamos nuevamente al tema de la libertad que ya hemos reflexionado anteriormente, pues decidir o escoger nos pone en la capacidad trascendental de nuestra voluntad. En esta búsqueda cada hombre y mujer, añora su desarrollo integral, su realización. Como dice el Papa Benedicto en la Encíclica Caritatis in veritatis: “Sólo si es libre, el desarrollo puede ser integralmente humano; sólo en un régimen de libertad responsable puede crecer de manera adecuada. Además de la libertad, el desarrollo humano integral exige también que se respete la verdad. La vocación al progreso impulsa a los hombres a ‘hacer, conocer y tener más para ser más’. Pero la cuestión es ¿qué significa ‘ser más’? A esta pregunta Pablo VI responde: ‘promover a todos los hombres y a todo el hombre’ (17 y 18). Con ello encontramos la respuesta profunda que nos ayuda a salir de lo efímero, pues escoger lo mejor significa ver al hombre integral. Esto lo podemos aplicar también a todas las realidades de la persona y con ello podemos constatar que haciendo un análisis más visionario, podríamos superar tantos rezagos. Si a niveles políticos, educativos, sociales, económicos, etc., se tuviera en cuenta lo mejor para el hombre y la sociedad, el desarrollo social y realización personal, tendrían mayores espacios para acrecentarse. Si cada uno de nosotros pusiera en práctica sus derechos y obligaciones, no tendríamos que esperar que los gobiernos invirtieran tantos recursos para contrarrestar la violencia, el narcotráfico, los sistemas de limpieza, el cuidado del agua, etc. El desarrollo integral no puede tener otra respuesta y oportunidad, sino cuando seamos verdaderamente responsables de nuestras decisiones y aprendamos a escoger lo mejor. A nivel moral distinguir que un bien siempre será un bien y que no podemos pretender que algo que es malo intrínsecamente se vuelva bueno, esto, exige de nosotros claridad y voluntad de encaminarnos hacia nuestro pleno desarrollo. + Rogelio Cabrera López Arzobispo de Tuxtla