Chile segundo país en América con menor mortalidad materna
Chile es el segundo país de América con menor mortalidad materna |
Sábado, 12 de Mayo de 2012 01:41 |
(AA) Un estudio publicado en la revista científica PLoS ONE y divulgado por el diario chileno La Tercera muestra que Chile está debajo de Canadá y sobre EE.UU. y el resto de Latinoamérica. El Incremento del nivel educacional de la mujer aparece como el principal factor de disminución de la mortalidad materna. No hay relación alguna con el aborto.
El estudio fue realizado con datos recopilados entre 1957 y 2007. En ese período cambio el estatus legal del aborto que pasó a ser ilegal a partir de 1989. Por lo tanto, los investigadores también analizaron si existe alguna relación entre la mortalidad materna y el estatus legal del aborto, puesto que hay quienes proponen que la prohibición del aborto lleva a un aumento de la mortalidad materna. Concluyeron que la reducción de la mortalidad no está relacionada con el aborto.
Cincuenta años de historia y datos dan cuenta del impresionante descenso que ha tenido la mortalidad materna en nuestro país. Un índice que ubica a Chile como el segundo mejor del continente, tras Canadá, y sobre EE.UU. Eso significa que nuestro país es uno de los más seguros de la región para que una mujer tenga un hijo. Así, si en Canadá mueren al año 9 mujeres por causas atribuibles al embarazo o parto por cada cien mil nacidos vivos, en Chile esa cifra se eleva a 16, y a 18 en EE.UU. En Argentina son 39 por cada cien mil nacidos; en Bolivia 180 y en Haití, 300. La investigación -publicada en PLoS ONE- fue realizada por un grupo de epidemiólogos de la U. de Chile, de la U. Católica de La Santísima Concepción y de la U. de Carolina del Norte-Chapel Hill (EE.UU.), quienes revisaron durante dos años los datos oficiales del INE recopilados durante cincuenta años (1957-2007). Allí se fijaron por primera vez en los factores que podrían estar relacionados con la mortalidad materna, tales como: años de educación, ingreso per cápita, tasa de fertilidad global, orden de nacimiento (si es primero o segundo hijo), suministro de agua potable, alcantarillado y atención del parto por personal entrenado. Además, analizaron el efecto de políticas públicas sobre la mortalidad materna, como intervenciones históricas educacionales y de salud materna, así como la legislación que prohibió el aborto en Chile desde 1989. De acuerdo a este análisis, el factor más importante en la disminución de la mortalidad materna es el nivel educacional de la mujer. Según explicó el epidemiólogo chileno y autor principal del estudio, Elard Koch, “un mayor nivel educativo de las mujeres las capacita para una mejor utilización de los recursos de salud materna existentes, incluyendo personal entrenado para el parto, lo que directamente conduce a una reducción en su riesgo de muerte durante el embarazo y el parto”. Otro dato: las cifras mostraron que la ley de aborto no aumentó la tasa de mortalidad materna en el país, como se predijo, ya que ésta siguió disminuyendo año tras año. Ranking americano Para poner en contexto las cifras nacionales con el resto del continente, los investigadores utilizaron las estadísticas de ocho países (Argentina, Colombia, Canadá, EE.UU., Costa Rica, Cuba, México y Chile) y los cotejaron con los datos del más reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, elaboraron un ranking con el resto de los países del continente, demostrando que Chile es el segundo país con mejores cifras. En otras palabras, es más seguro dar a luz en nuestro país que en EE.UU. o Brasil. Otro aspecto que reveló esta comparación son las abultadas cifras que maneja la OMS respecto de la real cantidad de muertes atribuibles al embarazo y el parto, subestimando los logros alcanzados por varios países latinoamericanos. En el informe global de la OMS, por ejemplo, dice que en Chile la mortalidad materna es 26 por cada cien mil nacidos vivos, 12 en Canadá; 24 en EE.UU., 85 en México y 70 en Argentina, en circunstancias que de acuerdo al análisis realizado por Koch y su grupo, esas cifras son menores ya en el año 2008. En cifras totales, según la OMS, EE.UU. registra un 28,3% más mortalidad materna que la real; Canadá un 33,3% más; México un 48,6%, Chile un 57,6%, y Argentina un 76,3%. “Esto sucede, en parte, porque la OMS utiliza una ecuación de estimación en la que incorpora el ingreso per cápita como un elemento principal y no la educación que fue establecida en nuestro estudio como el mejor predictor de mortalidad materna”. Además, la OMS no utiliza las estadísticas oficiales de cada país, sino una estimación a través de otras variables”, indicó Koch. Educación es clave Las cifras lo dicen todo: en 1957, una mujer en edad reproductiva (15-49 años) en Chile tenía 3,5 años de estudio promedio. Cincuenta años más tarde, el promedio es de 12 años de escolaridad. En este mismo período, la mortalidad materna pasó de 270 muertes relacionadas con el embarazo y el parto a 18,2 por por cada 100 mil nacidos vivos en 2007. Un descenso de un 93,8%, cifra que ubica a Chile como un modelo a seguir por otros países en lo que a salud materna se refiere. El estudio dice que este índice se rebajó aún más durante el 2008. Para entonces, Chile ya tenía una tasa de 16,5 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. “El nivel de educación incrementa los conocimientos y habilidades para usar mejor los servicios de salud. Permite a las mujeres ejercer una mayor autonomía en sus decisiones, en el control de la natalidad, en la consulta más oportuna. Además, retrasa el matrimonio, ingresa a la fuerza laboral, tiene una mayor conciencia y autocuidado de su salud”, dijo Koch. Entre las otras variables que influyeron en el progreso chileno se encuentran factores como atención por personal de salud calificado, nutrición complementaria para embarazadas y sus hijos en centros de atención primaria y escuela, y agua potable y alcantarillado, entre otros. Pero si la educación ha llevado a una dramática disminución en la cantidad de mujeres que mueren por causas relacionadas con la maternidad, este factor también ha llevado a disminuir la tasa de fertilidad. Algo que los investigadores mencionan en el estudio como “la paradoja de la fertilidad”. “Al aumentar el nivel de educación disminuye la fertilidad y eso trae una postergación de la maternidad que incrementa el riesgo de complicaciones obstétricas”, señaló Koch. |
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