Orientaciones Pastorales del Sr. Arzobispo Primado de México sobre el voto responsable
Orientaciones Pastorales del Sr. Arzobispo Primado de México y sus Obispos Auxiliares sobre el voto responsable de los fieles católicos y personas de buena voluntad
Hermanos y Hermanas:
Es deber de los fieles cristianos participar en todo aquello que hace posible la construcción del bien común en la sociedad. En este caso, nos referimos a la responsabilidad de los fieles laicos de participar en la construcción de la vida democrática del país, mediante la emisión de su voto en las elecciones del 1 de julio de 2012.
El voto de los fieles cristianos debe asumir una responsabilidad moral, es decir, tiene que ser consecuente con los dictados de su conciencia y de su fe, que no pueden estar separados de sus opciones políticas, ya que la política puede contradecir la justicia y la verdad. Por eso, es también deber de los Pastores del Pueblo de Dios orientar a los fieles en aquellos planteamientos políticos que, por sus implicaciones religiosas, morales y sociales, contradicen las enseñanzas de la Iglesia Católica (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, No.426), con el objetivo de que sus opciones políticas sean morales y justas.
El voto, en conciencia, debe tomar en cuenta las propuestas que promuevan:
1. Los valores de un verdadero humanismo que ponga a la persona y su dignidad humana en el centro del servicio del quehacer político, por encima de los intereses partidarios o particulares de los partidos y sus ideologías.
2. La educación, entendida no sólo como transmisión de conocimientos, sino como una formación integral, desde la más tierna edad, que promueva los diversos valores de la convivencia humana como es el respeto, la fraternidad, la corresponsabilidad, la justicia, la integridad, a fin de poder asumir las propias responsabilidades ciudadanas a su debido tiempo en la construcción de la nación, en justicia, seguridad y paz.
3. La promoción y el fortalecimiento de la familia, teniendo en cuenta que el matrimonio constituido entre un hombre y una mujer son la base de la sociedad humana y cristiana, impulsando la educación de las nuevas generaciones en los valores morales y cívicos para su integración en el desarrollo social de nuestro País.
4. El combate a la injusticia social -dramáticamente presente en las abismales desigualdades sociales y el sufrimiento de la pobreza en la que vive sumida más de la mitad de la población del país-, mediante la creación de empleos debidamente remunerados, la implementación de programas sociales libres de paternalismos y clientelismos políticos que fomenten una cultura del trabajo, la solidaridad, el compromiso comunitario y el ahorro.
5. La lucha contra la cultura de la corrupción, que debe partir de un historial limpio de los candidatos, un compromiso tangible de sus partidos por combatir y repudiar la deshonestidad, y propuestas que desalienten y sancionen rigurosamente esta práctica, pues hoy por hoy es el cáncer que consume al país y corrompe a las nuevas generaciones que ven en este mal algo natural o necesario.
6. La promoción de iniciativas para el desarrollo económico del país, que pasa por una serie de reformas constitucionales, aplazada una y otra vez por los intereses partidistas que frenan injusta e irresponsablemente el desarrollo de las futuras generaciones.
7. El combate al crimen organizado, que es deber irrenunciable del Estado, respetando en todo momento los derechos humanos y la salvaguarda de la paz social, no sólo con el uso legítimo de la fuerza, sino mediante una educación para la paz y en los valores morales y cívicos que rehaga el tejido social y nos conduzca a una reconciliación nacional.
8. El cuidado, la protección, la promoción y la integración social de las personas más vulnerables, los ancianos, los indígenas, los niños y los discapacitados, combatiendo toda discriminación, maltrato y marginación.
9. El cuidado y la preservación ecológica y de los recursos naturales de la nación, sensibilizando en su cuidado, combatiendo su explotación y contaminación, y educando a las nuevas generaciones en la responsabilidad de los bienes de la tierra que nos han sido confiados por Dios.
En lo concerniente a los valores emanados del Evangelio, los católicos deben estar atentos al compromiso de los candidatos y sus partidos de respetar el primero de todos los derechos, que es el derecho a la VIDA, desde el momento de la concepción hasta su fin natural.
Los fieles cristianos católicos deben tener claridad que no es posible hacer una opción política por quienes son partidarios o promotores de falsos derechos y libertades que atentan contra las enseñanzas contenidas en la Sagrada Escritura, la tradición y la doctrina de la Iglesia.
Asimismo, los fieles cristianos tienen derecho a exigir a los candidatos que piden su voto, dejar en claro que están a favor de una verdadera libertad religiosa, que no es sólo una libertad para los ministros de culto, sino que es un derecho humano fundamental que beneficia, en primer término, a la pluralidad de los creyentes para expresar libremente su fe y, sólo en segundo lugar, a las instituciones que los agrupan.
El Papa Paulo VI decía que la política es una de las más altas manifestaciones de la caridad, es decir, del amor, porque su razón de ser está en el servicio a los demás mediante un compromiso efectivo por el bien de toda la comunidad, que está por encima de los legítimos intereses personales. La política, que es un ejercicio de poder, se justifica en la medida que se pone al servicio del bien común, de la impartición de la justicia y de la construcción de la paz.
Es deber de todos los fieles participar activamente mediante la emisión de su voto consciente y responsable, y dar seguimiento al cumplimiento de las promesas y compromisos de las autoridades electas, vigilando que se ejerza el poder confiado mediante el voto, en beneficio de todos los ciudadanos, sin excepción.
Pidamos al Espíritu Santo su luz y sabiduría para que, conforme a nuestra conciencia cristiana católica, sepamos discernir y emitir nuestro voto, eligiendo responsablemente a los gobernantes que requiere nuestro país.
Curia del Arzobispado de México, a 12 de Febrero de 2012.
Con nuestra bendición.
+ NORBERTO CARD. RIVERA CARRERA
Arzobispo Primado de México
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